Dólar, economía y corrupción: cuáles son los desafíos de AMLO
Terminando el primer mes desde su asunción, el nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador encara los desafíos impuestos durante la campaña electoral. En su primer día al mando, el dólar mostró señales positivas y se detuvo la devaluación del peso.
Con fuertes críticas al neoliberalismo, López Obrador recordó en conferencia de prensa que los objetivos de su gestión son la reactivación de la actividad económica, una política económica de austeridad y el fin de la corrupción y la violencia en México. Ante tales comentarios, la reacción de los mercados no se hizo esperar y el dólar retomó su camino alcista.
El dólar y la reacción de los mercados.
Andrés Manuel López Obrador dedicó sus primeros mensajes como presidente electo de México a los mercados internacionales. Trató de brindarles calma y seguridad. Sostuvo que respetará la independencia del Banco de México y prometió mantener una política de estabilidad financiera y fiscal.
También se mostró firme en comunicar que respetará los compromisos monetarios con los bancos nacionales e internacionales. En cuanto a la política monetaria, el gobierno de López Obrador mantendrá el esquema de tipo de cambio flexible, sin intervenciones. El nuevo presidente se comprometió a revisar los contratos energéticos firmados por la anterior administración en busca de posibles anomalías y sobreprecios. En caso de encontrar pruebas de delitos, se recurrirá a los tribunales de justicia internacional.
Estos mensajes fueron recibidos con ciertas dudas por parte de los mercados, pero por el momento el dólar se mantiene estable, sin fuertes devaluaciones para el peso.
Austeridad, la nueva política económica de México.
Entre reformas legales y un plan de austeridad, las reformas de López Obrador modificaran la estructura del Estado mexicano de pies a cabeza. Su objetivo es controlar el problema de la brecha salarial y reducir el gasto público.
A su vez, el gobierno de AMLO trabaja en la implementación de nuevos programas sociales que den respuestas a los sectores más castigados de la sociedad. Uno de sus primeros actos de gobierno en esta dirección fue duplicar la pensión para jubilados y discapacitados pobres. Esto se verá acompañado por un plan de gasto en infraestructura.
El gobierno intentará pagar una parte con los recursos que ahorrará como resultado de su política de austeridad. El plan incluye reducir a la mitad el salario del presidente y otros miembros del gobierno, así como la eliminación de las pensiones para ex-presidentes, la venta de la flota aérea del gobierno y la eliminación de beneficios para los burócratas de alto rango.
Algunos analistas económicos dudan sobre la capacidad de financiamiento que este plan de austeridad pueda otorgarle a la administración de López Obrador si antes no se lleva a cabo una reforma fiscal integral. El nuevo gobierno deberá sostener el delicado equilibrio entre la confianza de los inversionistas, ya sean extranjeros o nacionales, y los intereses del pueblo mexicano.
¿El fin de la corrupción en México?
La política económica de austeridad llevaba a cabo por la nueva administración también tiene como fin desterrar la corrupción de la vida política mexicana. Una de sus prioridades es terminar con la inmunidad y los privilegios políticos, con lo cual deja la puerta abierta para que empleados estatales y ex-gobernantes sean juzgados por delitos relacionados con la corrupción cometidos durante su mandato público.
Actualmente, la Constitución mexicana impide que cualquier ex-presidente sea juzgado por delitos de corrupción, así como tampoco se los puede juzgar durante su mandato. El gobierno de López Obrador piensa modificar leyes para evitar que personas con causas y antecedentes de enriquecimiento ilícito puedan postularse a cargos públicos.
De acuerdo con el Índice Global de Corrupción, México es uno de los países más corruptos del mundo. Este es un problema central para la nueva administración. El nuevo gobierno no deberá olvidarse tampoco de la violencia y los asesinatos que escandalizaron al mundo. Durante la anterior gestión, México se convirtió en uno de los diez países más violentos del mundo. ¿Podrá López Obrador junto a sus aliados políticos resolver o reducir este problema?