Lendix: “Estamos para prestar un servicio que la banca ya no va a poder prestar”
La historia del éxito de una empresa, en sentido amplio, viene frecuentemente asociada a una historia personal de superación y de valentía. En esta ocasión, Crowdemprende entrevista al actual CEO de Lendix España, Grégoire Lestapis. Lestapis, altísimo ejecutivo de la banca tradicional durante casi treinta años (director general de BBVA y Société Génerale, entre otras entidades), decidía hace unos meses atarse la manta a la cabeza y entrar en el mundo del fintech con la entidad de crowdlending Lendix España. ¿Le había hecho algo malo su familia, la vida, sus amigos? Lestapis es diferente a quienes confunden zona de confort con autorrealización. Se trata de un viajero y un aventurero de la finanza que, no obstante, no hace tonterías: Lendix es una plataforma de finanza colaborativa muy exigente en sus préstamos y extremadamente profesional. La confianza, su objetivo en cualquier iniciativa, será una de sus primeras metas en un país como el nuestro en el que tantas pymes y micro pymes se han dejado morir tras la sequía del crédito bancario. ¿Podrán soportar nuestras taras o vencerán y convencerán?
Grégoire Lestapis nos cuenta con detalle el origen de Lendix en Francia: “Nacemos hace dos años, en el 2014, a raíz del cambio de legislación que, impulsado políticamente por el entonces ministro de Economía Emmanuel Macron, pretendía facilitar la financiación a unas empresas que consideraba que son el corazón de la economía nacional; su idea consistía en ayudar a que las empresas pudieran tener acceso diversificado a nuevas fuentes de financiación. Es entonces cuando el que sería fundador de Lendix, Olivier Goy, ve que hay una oportunidad”; en efecto, Goy, que provenía del ámbito financiero del private equity, había descubierto que las empresas medianas (de facturación inferior a los 50.000 euros) tenían muchos problemas para financiarse en un contexto económico adverso, algo que también ha sucedido en España a lo largo de esta crisis económica.
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Lendix nace para cubrir un claro hueco en el mercado, pero no va a ser todo coser y cantar: en el mundo de la finanza colaborativa no basta con tener buenas ideas
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Lendix nace para cubrir un claro hueco en el mercado, pero no va a ser todo coser y cantar: en el mundo de la finanza colaborativa no basta con tener buenas ideas, sino que los planteamientos brillantes adquieren carta de realidad cuando se puede contar con lo que los expertos denominan “músculo financiero”. ¿Cómo lo hicieron ellos? “Aunque Lendix era ya una fintech, se aseguró los medios financieros suficientes para llegar al éxito. Sabemos que las fintech son geniales, son ágiles, mediadoras… pero carecen generalmente de los suficientes medios e infraestructuras. Goy, para no llegar a una situación de agobio, se rodeó de gente de su etapa antigua (en el private equity) para que esta le aportara seguridad e inversiones. Gracias a esto, en solo dos etapas, Lendix llega a acumular 19 millones de euros de inversión, un importe conseguido mediante inversores de primera calidad.
Se trata, como Grégoire afirma, de “un modelo híbrido”, tan híbrido como el perfil profesional del fundador de Lendix Francia y quizá también como el del de Lendix España, ya que ambos provienen de distintos sectores de las finanzas. Con estas bases, Lendix constituye un modelo novedoso y atractivo desde el primer momento: “En Lendix, el inversor particular se combina adecuadamente con el inversor institucional; de esta forma se obtiene músculo suficiente para poder prestar más importe y a más empresas cubriendo, de este modo, todo el espectro empresarial al que nos planteábamos llegar (…) Este esquema nos permitió ir a préstamos de cuatro y cinco millones, así como financiar proyectos de inversión de empresas hasta siete años”.
La mencionada combinación entre inversores no solo permitió a los promotores de Lendix llegar más lejos que ninguna otra entidad de fintech en su país, sino que, además, multiplicó la confianza generada, oro puro a medio plazo en un sector de las finanzas en el que rentabilidad y riesgo siempre bailan un tango con bastantes contrastes: “Este negocio va de la confianza: la financiación participativa es en finanzas lo que es AirBnB en hoteles… Tenemos que ganarnos la confianza de los usuarios. Para ello, en primer lugar, tenemos el músculo financiero debido al modelo híbrido ya explicado; en segundo lugar y del lado del inversor particular, los directivos de Lendix participan en primera persona en el proyecto, prestando en cada uno de los préstamos. De esta forma, el comité de dirección invierte en cada uno de los préstamos, transmitiendo que nosotros no solo estamos para mediar entre el inversor y las empresas sino que lo estamos haciendo además con el mejor control que podemos asegurar y, para demostrarlo de la manera más clara, ponemos nuestro propio dinero como si dijéramos: ‘si quieres invertir, sabes que yo he puesto mi dinero donde tú inviertes”.
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Este negocio va de la confianza: la financiación participativa es en finanzas lo que es AirBnB en hoteles… Tenemos que ganarnos la confianza de los usuarios.
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Las razones expuestas por Grégoire Lestapis han demostrado ser una receta inequívoca para el éxito que ha permitido que en solo dos años Lendix haya triunfado en el mercado francés, marche con datos mucho más favorables que proyectos similares en otros países y se proyecte ya a otros territorios como es el caso de España. No nos engañemos, y Grégoire no se lo guarda: “Lendix quiere convertirse en el líder del crowdlending en Europa”.
Con el éxito probado de Lendix en Francia, a Grégoire Lestapis se le presenta la ocasión de abandonar el negocio bancario en el que tan bien se ha movido y aterrizar en España con el cargo de director de un proyecto de fintech más que prometedor. Y, pese al vértigo, este ex ejecutivo bancario no duda en que la vida es cambio, que la comodidad es solo eso y que, con todavía un par de décadas a toda capacidad, debe participar de las implicaciones de la revolución tecnológica que se está produciendo estos últimos años y que, según él, está llevando a que casi todo sea posible. ¿Pero qué pasará con los bancos? ¿Van a poder adaptar el armatoste tecnológico y laboral de miles de empleados a esta revolución del conocimiento? “Los bancos como BBVA tienen 65 millones de clientes y 150 años de experiencia. Esto no se cambia de un día para otro. Aun así, yo no creo en absoluto en su desaparición, sino en un cambio progresivo. Esos retornos del 25% sobre capital se han acabado para siempre. La banca no puede ser más una industria que empuja el producto al cliente, sino que va a tener que ponerse enfrente de los usuarios y decirles ‘yo te quiero ayudar y te voy a dar acceso a una plataforma, algunos de los productos los hago yo y otros, en un ecosistema’. La banca que va a salir ganando es la que tenga al cliente en el centro de su preocupación, y no como se dice a veces en la junta de accionistas, sino de verdad. En lugar de diseñar un producto y ver cómo se vende, ahora es justo lo contrario: tengo un cliente con preocupaciones y las finanzas van a tratar de responder a eso (…) Van a pasar muchos años, generaciones… pero la banca no es un dinosaurio ni un mamut, sino un conjunto de barcos en procesos de transformación, mientras que las fintech son buques muy ligeros”.
Esta ligereza será quizá la que en España se valore más, dado que nos encontramos en un país en el que las trabas burocráticas se perciben como una de las mayores dificultades para invertir, crear empresas y generar riqueza. Lendix apunta directamente a esto: “el proceso de pedir prestado dinero es un proceso desagradablemente largo, hablamos de seis semanas y media, de cincuenta papeles, de un proceso que va por capas para que el banco gestione su riesgo (algo que se incrementará con los futuros acuerdos de Basilea III y IV). Cada vez se pide más papel, más información, más garantías… Es desagradable, largo e ineficaz. Cuando tú ideas una fintech, quieres un proceso rápido, que te permita escuchar a la persona y pensar en el problema del cliente. El proceso es eficiente y transparente. El banco ve el mundo en blanco y negro y, además, pide muchos productos vinculados, porque al prestar al 2 o al 3 por ciento pierde dinero, por lo que quiere vincular tu nómina, tu seguro, etc. Dentro de todos esos productos hay siempre comisiones ocultas y la empresa lo ve o no lo ve, pero es así. Nosotros, sin embargo, podemos ser totalmente transparentes. Al partir de las necesidades del cliente como nuevo centro, le respondemos en 48 horas, no pedimos más de cinco papeles, hacemos el proceso en una semana, permitiendo que el emprendedor que está delante de nosotros se dedique a su trabajo en su pyme: a generar actividad y negocio, y no a rellenar papeles continuamente para obtener finalmente la financiación. Entonces Lendix permite mirar lo que quiere la empresa como una hoja en blanco. El inversor particular quiere invertir con facilidad, en tres clics, con transparencia, enterándose de todo lo que pasa y estando en la posición de poder prestar a quien quiera”. Lo que parece ser reflejo de un mundo en el que, según Lestapis, la gente quiere tomar el control de las cosas, toda vez que las empresas demasiado grandes para caer y por tanto rescatadas ya no parecen tan simpáticas pese a las toneladas de publicidad que soportamos diariamente. Un mundo que, con Blablacar, AirBnB y otras nuevas formas de asociación comercial, requiere de unas finanzas diferentes que, no obstante, han de ser profesionales, precisas y rigurosas.
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No somos los tontos de la película, pero estamos para prestar un servicio que la banca ya no va a poder prestar
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No es fácil conseguir un préstamo de Lendix, no obstante; el porcentaje de rechazo es alto, pero nos encontramos con una herramienta excelente como oportunidad para crear nuevas empresas innovadoras y solventes que lo hubieran tenido crudo en el actual contexto económico: “A la empresa le decimos: ‘voy a analizar tu estudio, no te pido garantías, voy a analizar tu capacidad de repago y si no te doy el préstamo, te voy a decir por qué. Tú no tienes que venir aquí cuando la banca te haya dicho que no: no somos los tontos de la película; estamos aquí para ofrecer un servicio que el banco ya no puede o ya no quiere dar, porque ya no puede dar un préstamo en una semana’. Me gusta decir que somos el cuarto banco de las empresas: estas empresas tienen un banco tradicional, después otros dos más en su pool… a mí me gusta ser el cuarto. Con nosotros pueden hacer una expansión comercial, por ejemplo, u otras cosas donde no hay un activo donde el banco pueda coger garantía; en lugar de utilizar financiación bancaria a corto plazo nosotros se lo financiamos”.
No regalan dinero. Nadie lo ha hecho nunca. Pero estas formas flexibles de intermediación y financiación se han hecho necesarias, dado que la recesión ha llevado a una destrucción de empleo que no hubiese sucedido de la misma forma de mediar estas nuevas maneras de financiarse y colaborar: “Somos necesarios para evitar volver a lo que ha pasado durante la crisis: cuando los bancos han cerrado el grifo, las empresas se han muerto, no había tiempo de buscar otra solución y empresas con proyectos no han podido arrancar. La Comisión Europea ha calculado que en España el nivel empresarial que no se ha podido financiar es del 35%; empresas de menos de 250 empleados, el motor del país, el pulmón de la economía… Si los bancos financian en condiciones normales un total de 100.000 millones a este tipo de empresas, en este período se han perdido unos 30 o 40 mil millones: empresas, actividad económica, empleo…
¿Qué hacer en España? Lendix ya ha conseguido la autorización de la Comisión Nacional del Mercado de Valores tras un año de gestiones en el que ha pesado de manera clave el parón gubernamental y el bloqueo parlamentario. Es el momento de comenzar, en un entorno en el que la innovación debe ser un ingrediente obligatorio para todo negocio con unas mínimas vistas de éxito: “Si creemos que el mundo está viviendo un cambio tecnológico exponencial y no hay inversión en I+D, entonces España tiene un problema. Países como Singapur, Finlandia, Israel o Estonia se conducen cada vez más como una empresa, con cambios espectaculares. Deberíamos pensar en esto porque se van a producir ventajas competitivas enormes. Y los Estados tienen una responsabilidad muy importante. La I+D está por debajo de la media europea y el gobierno debería retomar este tema. Y es un problema que tampoco se refleja en lo que dice la gente en la calle, siendo la I+D y la educación las inversiones más importantes para las próximas generaciones”.
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Lendix ya ha conseguido la autorización de la Comisión Nacional del Mercado de Valores tras un año de gestiones
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“Es una pena enorme: la gente adora España porque se vive muy bien, por tener unas infraestructuras espectaculares, mejores incluso que las de Francia, unas condiciones de calidad de vida óptimas. En un mundo en el que la tecnología ha hecho que la geografía ya no exista, la gente prefiere vivir en Jaén que en el norte de Noruega. España tiene una oportunidad de atraer talento espectacular. Tiene, además, tres de las mejores universidades MBA de Europa: IESE, ESADE, e IE Business. Pero cuando en alguna de ellas acaba un estudiante chino se le dice ‘adiós, espero que te haya gustado’. ¿Cómo no le damos un visado para que se quede, si es un tío brillante? ¿Cómo no le facilitas que se quede después? Hay que acoger a la gente para atraer talento. Me hierve la sangre ver lo que pasa con estas escuelas de negocios, hay que hacer que estas personas participen de este país y no me cansaré de esperar a que esto se haga”.
Queda claro que España constituye una gran oportunidad. Y que las fintech, y Lendix en particular, han llegado para quedarse. Y que su papel va a ser complementario a una banca en lenta pero progresiva transformación. Frente a estos trasatlánticos atentos al oleaje, pequeños buques como Lendix navegan a toda velocidad y representan una gran oportunidad para todos. Esperemos que la política, la banca, los ciudadanos, pero también los medios de comunicación menos especializados acaben captando el mensaje. Porque está bastante claro.
Imagen de Portada / Lendix